Escuchar atentamente es el primer paso que nos permitirá conocer qué preocupa al niño y cuál es su estado emocional. Los niños aprenden desde el ejemplo, por eso es necesario que los padres comiencen desde muy pequeños a Interiorizar en los niños pautas o normas de una buena comunicación, tal como comentábamos anteriormente. Cuando existe la comunicación en una familia, seguramente se puede afirmar que existe un compañerismo, una complicidad, y un ambiente de unión y afecto en la casa. Hay que ayudar a los hijos, es decir, que los padres introduzcan mecanismos que faciliten la comunicación.
¿Cómo podemos hacerlo?
¿Cómo podemos hacerlo?
- Escuchar con atención e interés, que el niño sienta que está siendo atendido. Que sienta que es importante todo aquello que nos explica.
- Cuando se dé un consejo que sea siempre en clave positiva.
- Ponernos en el lugar del niño y poder entender que es lo que le pasa, así podremos ayudarle con mayor facilidad. Intentar empatizar con él en todo momento.
- Crear un ambiente que facilite la comunicación.
- Que se sienta partícipe de decisiones de la familia, que pueda opinar sobre aspectos concretos y explicarles las cosas que suceden en el núcleo familiar, siempre teniendo en cuenta la edad del niño y las situaciones que puede entender.
- No juzgarlos antes de tiempo cuando nos expliquen alguna cosa.
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